domingo, 4 de enero de 2015

BIGOTE DE CAFÉ



Por Elí Ramos García
-Los pensamientos son las palabras que no decimos porque tememos a que no sean las correctas o suenen tontas- Se dijo Dennis para sí mismo con tono sabio. Solía pensar cosas así cuando estaba aburrido, era por eso que las cenas familiares en el restaurant Las Cuatro Lauras a las que forzosamente tenía que acudir eran el momento perfecto para tener una lluvia de ideas mientras miraba su borroso reflejo en el caliente contenido de la taza de café que ordenaba siempre, a lo cual Candice le reprochaba con la misma frase:
-¡Venimos hasta aquí para no comer en casa y tu ordenas siempre una taza de café, algo que puedes tomar allá y gratis!
Exclamó Candice observando a Dennis dar un sorbo, que ignoraba por completo a su madre y se limitaba a mirar a través de la ventana, como una pareja se hundía en un gran “agasajo”. Dejó la taza de café de nuevo en su plato, y oyó una clase de susurro en forma de risita traviesa que, no tardo en descubrir, provenía de Ninf, quien lo miraba traviesamente, pues la espuma del café le había dejado un bigote por encima de sus labios. Ninf era la hermana menor de Dennis, que llevaba su eterno vestidito color menta con el horrible estampado de flor en el pecho. Candice, Ronald y Francis rieron.
-Esto es una estupidez- Pensó Dennis pasándose una servilleta para limpiar su bigote de café.
  -Deberías divertirte mas- Dijo Francis quitándose los audífonos de los oídos y enrollándolos para luego guardarlos en su bolsillo- verle lo divertido a todo.

LOS ANTAÑOS VERANOS DE MADISON- Parte 1



 Por Elí Ramos García

El verano siempre había sido la estación favorita de Madison. Aún recordaba cuando era niña y vivía en la pequeña granja de su abuela, Patricia, y jugaba en el campo con Tripiante; el cordero favorito de Madison. También estaba Sr. Logan que era aquella gata gorda y gris que siempre intentaba cargar pero se resistia a acostarse en el regazo de la niña. 
Una de las cosas que Madison más recordaba, era cuando de la casa emanaba el sonido de la estación de radio de las tres de la tarde (que era la favorita de la abuela porque transmitían música de su época), eso significaba que la abuela estaba haciendo la mesa, porque a la abuela le fascinaba poner la mesa y comer con esa estación de radio sintonizada. 
Pero cuando la prima Julia iba a casa de la buela esto no parecía agradarle, al parecerporque era una adolescente. Julia era la hija de la tía Susan, una mujer monumental que parecía una gran piñata mexicana cuando se ponía sus vestidos de colores.  Una vez Madison intentó golpearla con un palo de escoba para ver si dentro de ella había dulces, pero solo consiguió un estruendoso grito por parte de la gran mujer, y un reprimenda verbal de su madre. 
La prima Julia llegaba de visita cada dos meses porque quedaba sola en su casa, debido a que tía Susan y tío Víctor debían salir a hacer negocios, ellos trabajaban en una fábrica de quesos. La abuela Patricia siempre cuenta en la reuniones familiares que a tía Susan siempre le había gustado todo el asunto de la leche y los quesos, y que cuando era pequeña siempre se levantaba temprano para ordeñar las vacas –Pero solo fingía que las ordeñaba porque todavía no sabía cómo hacerlo, y todas las tardes me insistía mientras jalaba mi vestido verde que le enseñara y que le enseñara, pero yo le decía que le pidiera ayuda al Sr. Roberik  a quien le pagaba en ese entonces para ordeñar a nuestras vacas, en paz descanse, pero ella no quería porque el Sr. Roberik le daba mucho miedo por el parche en su ojo que había tenido que usar ya que cuando trabajaba arreglando las vías del ferrocarril hubo un misterioso accidente y perdió su ojo- Contaba la abuela Patricia con una sonrisa de satisfacción porque sabia que a tía Susan también le gustaba que contora esa historia.
Cuando ya era hora de dormir la abuela Patricia arrullaba a Madison con el tarareo de una canción de la época en la que la abuela Patricia era Joven. A Madison le gustaba pasar un buen rato mirando los álbumes que la abuela Patricia tenía en su librero antiguo, sobre todo le gustaba mirar las fotos de cuando la abuela Patricia fue modelo y no tenia arrugas. Madison siempre la comparaba con Marilyn Monroe, e incluso decía que era mucho más bonita que –Esa mujer fea- Decía Madison. También le gustaba ver las fotos de cuando mamá era adolescente porque había heredado la misma belleza de su madre, que aún conservaba. Jack que era la madre de Madison trabajaba en New York como escritora en jefe de una reconocida editorial de por esos rumbos, y solo llegaba a Summer Town por una semana y luego se iba, pero a Madison le gustaba mucho cuando llegaba porque siempre le regalaba libros de su editorial que eran muy buenos. Summer Town era el nombre de la granja de la abuela Patricia. La abuela patricia sentía una gran pasión por el inglés y era por eso que a todas sus hijas les había puesto nombres ingleses o estadounidenses. A veces Madison y  Mr. Logan la escuchaban hablar en inglés con alguien en el teléfono durante la noche, y a Madison le gustaba inventar historias sobre que tal vez era su amante secreto de cuando era joven, que vivía en alguna gran ciudad de U.S.A. Y que lo llamaba en la noche porque aún lo amaba. Le gustaba pensar que si fuera cierto también él la amaba a ella, pero luego se ponía triste porque imaginaba la decepción del abuelo Nicolás si se hubiese enterado que la abuela Patricia lo engañaba, claro, si fuera cierto.
  A Madison le gustaba escuchar la anécdota de porqué a su madre la abuela Patricia le habian puesto Jack, ella y el abuelo Nicolás que “en paz descanse”.
 -Cuando Jack nació todos creíamos que sería un varón porque todas las señales indicaban que así seria, recuerdo que mi barriga era enorme. La noche que Jack nació el doctor y las enfermeras la limpiaron, pero Nicolás les pidió a los doctores que guardaran el secreto del sexo del bebe porque quería que fuera una sorpresa, al parecer él pensaba que yo siempre había querido una niña pero en realidad yo quería una varón- La abuela Patricia siempre agregaba algo como “No por eso la quise y la quiero menos”- Y como pensaba que yo quería una niña creyó que sería como una sorpresa al llegar a la granja. Pero yo siempre fui una chica muy apresurada en todo, y quería registrar al bebe lo más pronto posible, recuerdo que Nicolás se llevó a la bebe porque tenía planeada una fiesta sorpresa, pero yo no sabía y al salir del hospital tomé el coche y fui al registro civil, pero yo supuse que tal vez Nicolás sabía que yo quería un varón y por eso había decidido guardar el secreto, así que deduje que era un varón,  así que la registre como Jack, mas tarde descubrí que el bebe no tenia sapito si no platanito- Terminaba la abuela Patricia su historia con algunas risas pertenecientes al tío Ronald y el tío Jasper, al igual que la de tía Susan pero ella rara vez se reía de los chistes de otros, y a veces también de Jack, cuando tenia la oportunidad de ir. Pero Madison nunca entendió el final si no hasta volverse adolescente.